El estudiante franciscano debe recibir una educación basada en principios de libertad y autonomía que le permita decidir y actuar en forma responsable en los diferentes actos como miembro activo de la sociedad de manera solidaria, respetuosa y con un alto grado de autoestima.
Además se busca la capacidad reflexiva y critica que lo lleve a estructurar conscientemente su proyecto de vida, fomentando intereses investigativos que propenden el desarrollo de la ciencia, la tecnología, la cultura, el arte, la recreación y el deporte.
El egresado como miembro de la comunidad debe generar principio de diálogo, tolerancia, respeto, libertad de opinión, relaciones de verdadera amistad, como producto de la educación integral recibida, por cuanto ésta garantiza una sana convivencia de paz familiar y ciudadana.
El estudiante llegará a la Institución haciendo uso de sus libertades, solo así podrá cultivar esta dimensión tan importante de la vida. De esta manera cada estudiante se convertirá en una fuente de libertad que nace de su interior y no de una autodeterminación social. Para el ser humano la libertad es algo vital que se debe conquistar porque ella no crece espontáneamente. Luego quien libremente ha escogido la Institución educativa San Francisco será aquel o aquella que responde y se compromete para fortalecer la unión, la responsabilidad y el respeto entre las personas. Si nuestro estudiante entra en estas condiciones tendrá claro que una libertad sin compromiso es sinónimo de anarquía y libertad inútil perniciosa.
El quehacer educativo se convertirá en una verdadera relación de amistad entre los orientadores y los estudiantes. Esta acción acercará al estudiante hacia una actividad positiva frente a cada rama del saber, encontrando un maestro con verdades relativas dispuesto al diálogo y al cambio.
Su aprendizaje será el producto de una interacción dinámica donde educador y educando son protagonistas indispensables y de correspondencia mutua. Así pues estudiantes no empezaran aprendiendo lo que ya saben y terminando de aprender lo que no quieren saber. Cada acto de evaluación se convertirá en la más grande oportunidad de aprendizaje y formación.
En todo evento educativo el padre de familia constituirá la base fundamental del proceso formativo.
El estudiante llegará a los conocimientos utilizando diversas técnicas, recursos y metodologías, además de una creatividad para que descubra que la educación es un proceso permanente.